Atentos a la próstata a partir de los 50

De los tumores que afectan a los hombres, el de próstata es el más frecuente, “con una incidencia actual del 15,2 por ciento; luego le sigue el de pulmón en un 14,10 por ciento”, informa Martín Alonso, director del Instituto Oncológico Provincial de Córdoba.

Sin embargo, más que causar temor, estos nuevos datos debieran servir para que se extiendan masivamente el chequeo prostático anual y la consulta rápida ante cambios en la forma de orinar.

Esto se justifica en que, a diferencia de otros cánceres, “el de próstata es muy fácil de detectar en etapas tempranas con un simple análisis de sangre y la consulta anual al urólogo”, señala Mario Maglione, docente de la Cátedra de Urología del Hospital San Roque, director médico de Urolit y jefe del Servicio de Urología del Sanatorio Mayo.

Otra razón para agendar este control y tomarlo como una rutina anual es que, inicialmente, el cáncer de próstata puede no dar síntomas, pero en los estudios sí puede reflejarse algún indicador que permita actuar rápido.Precisamente, el diagnóstico a través de un análisis de sangre para controlar una sustancia que produce la próstata (antígeno prostático específico) ha permitido encontrar incipientes tumores, tratarlos en forma precoz y reducir la mortalidad.

El chequeo se completa con el tacto rectal que permite evaluar esencialmente el tamaño de la próstata.

Pero si hay sospecha de un tumor maligno, “se debe realizar una ecografía transrectal y una biopsia, ya que este último estudio es el que en todos los casos de tumor permite confirmar si es maligno o no”, según aclara el oncólogo Martín Alonso.

A partir de los 50 años. La próstata es una glándula del tamaño de una castaña, que produce una sustancia que permite que los espermatozoides subsistan en la eyaculación. Se encuentra debajo de la vejiga y rodea la primera porción de la uretra.

Con mucha frecuencia, la próstata aumenta de volumen a partir de los 50 años y, por su ubicación, suele obstruir la uretra con los consiguientes problemas para orinar.

El agrandamiento de la próstata, en la mayoría de los casos, es una hiperplasia benigna, y con menor frecuencia se trata de cáncer.

Pero en ambos casos los síntomas son, según explica el urólogo Maglione, “aumento en la frecuencia para orinar, urgencia o necesidad imperiosa de orinar, levantarse de noche para orinar, así como disminución de la fuerza en el chorro miccional”.

Opciones de tratamiento. A los hombres que tienen hiperplasia prostática benigna y no presentan síntomas “se los controla chequeando el antígeno y con una ecografía prostática”, explica el urólogo.

Si tienen problemas miccionares “se les indican medicamentos que permiten orinar con más confort y, en casos extremos, se realiza cirugía endoscópica y rara vez a cielo abierto”, indica.

Los tratamientos quirúrgicos mínimamente invasivos y de rápida recuperación que se realizan hoy son tres: RTU o resección endoscópica; resección bipolar, en el que se corta la próstata y coagula en forma simultánea; o láser, con el que se vaporiza la próstata.

“No hay incisiones, y en todos los casos se aplica anestesia peridural. Y las dos últimas técnicas cuentan con la ventaja de que se produce muy poco sangrado”, expresa el especialista.

Otras opciones. Para los casos de pacientes con cáncer de próstata, las opciones son diferentes, según precisa el urólogo. “Hay dos alternativas: cirugía radical, o bien radioterapia, y la indicación depende de la valoración que se haga de cada paciente”.

“Además -concluye Maglione-, se le deben explicar al paciente las ventajas y desventajas de cada una, y, a partir de ahí, consensuar el tratamiento”.

Contacto

Contactános y realizá tu consulta.

CONSULTAS