Project Description

Riñón

Es una enfermedad maligna que se caracteriza por el carcinoma de células renales o adenocarcinoma de riñón.

El adenocarcinoma renal es el tumor maligno de riñón más frecuente en los adultos, y es más frecuente en hombres que tienen entre 50 y 70 años. La incidencia de esta enfermedad se ha incrementado más de cinco veces en los últimos 50 años.

¿Cuáles son los factores de riesgo del cáncer de riñón?

  • El consumo de comidas abundantes en grasas y colesterol.
  • El tabaco.

Se ha observado una mayor incidencia de cáncer renal en personas con insuficiencia renal, dependiendo de forma directa del tiempo que llevan en diálisis.

¿Cuáles son los síntomas del cáncer de riñón?

Aproximadamente el 40% de los tumores renales se detectan por casualidad, al realizar una ecografía abdominal por otro motivo. Esto es así debido a que no producen manifestaciones clínicas, ya que son de pequeño tamaño.

A continuación se enumeran los síntomas más comunes de este tipo de cáncer:

  • Sangre en la orina (hematuria).
  • Pérdida de peso rápida e inexplicable.
  • Dolor en la parte baja de la espalda.
  • Pérdida de apetito.
  • Hinchazón de los tobillos y las piernas.
  • Masa o bulto en el abdomen.
  • Fatiga.
  • Fiebre recurrente.
  • Presión sanguínea alta.
  • Anemia.
  • Dolor constante en uno de los costados.

¿Cuál es el tratamiento para el cáncer de riñón?

La cirugía es el único tratamiento. Según el caso de cada paciente, se extirpa el tumor o todo el riñón afectado.

La hematuria se trata de la presencia de sangre en la orina. Se produce por la pérdida de glóbulos rojos a través del sistema urinario.

La hematuria puede ser microscópica o macroscópica (se observa a simple vista). Esos glóbulos rojos pueden proceder del propio riñón o de la vía urinaria.

Las causas más frecuentes de hematuria en personas jóvenes son litiasis (cálculos renales) e infecciones, mientras que en personas mayores se suele suceder a causa de un tumor urológico.

El término “nefritis” significa inflamación renal. En la actualidad se incluyen en este término enfermedades inflamatorias renales que afectan habitualmente a las estructuras que conforman el tejido de soporte en el riñón.

Las glomerulopatía es una enfermedad que afecta a los glomérulos, que son los capilares del riñón por donde se filtra la sangre y se produce la orina.

¿Cuál es su causa?

Es un problema que suele tener su origen una anomalía en el funcionamiento del sistema inmunológico. 

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico de la glomerulopatia se hace con biopsia renal. Este procedimiento nos permite no sólo saber dónde está afectado el tejido o qué mecanismos están implicados, sino también su severidad. Esto es fundamental para decidir el tratamiento a seguir.

La enfermedad renal se define como la disminución de la velocidad de filtración glomerular (VFG) bajo 60 ml/min, o velocidad de filtración glomerular con rango normal en pacientes que tienen algún signo de daño renal. Consiste en la falla o disminución de las funciones que realizan los riñones.

¿Qué es la insuficiencia renal aguda?

La insuficiencia renal aguda (IRA) es una pérdida rápida de la función renal debido al daño en los riñones, por lo que se retiene urea y creatinina y disminuye la tasa de filtrado glomerular (VFG) como también elementos no nitrogenados, acompañado por una disminución de la tasa de filtrado glomerular (VFG).

El fallo renal agudo es una enfermedad seria y se debe tratar como una emergencia médica. La mayor parte de las insuficiencias renales agudas son reversibles, puesto que el riñón se destaca, entre todos los órganos vitales, por su capacidad de recuperarse de una pérdida casi completa de la función.

¿Qué es la insuficiencia renal crónica?

La enfermedad renal crónica (ERC) es una pérdida progresiva (por 3 meses o más) e irreversible de las funciones renales. Como consecuencia, los riñones pierden su capacidad para eliminar desechos, concentrar la orina y conservar los electrolitos en la sangre.

Los síntomas de un deterioro de la función renal son inespecíficos y pueden incluir una sensación de malestar general y una reducción del apetito. A menudo, la ERC se diagnostica como resultado del estudio en personas en las que se sabe que están en riesgo de problemas renales, tales como quienes tienen presión arterial alta o diabetes, y personas con parientes con enfermedad renal crónica.

¿Quiénes están más expuestos?

Las personas en riesgo de desarrollar enfermedad renal crónica son las que tienen:

  • Diabetes mellitus.
  • Hipertensión arterial.
  • Enfermedad cardiovascular isquémica, como claudicación intermitente o enfermedad coronaria.
  • Familiares de primer grado con enfermedad renal.
  • Antecedentes nefrourológicos, como pielonefritis a repetición o litiasis.
  • Existen condiciones cuyo rol aún no está claro, como la obesidad mórbida.

¿Cómo puede prevenirse?

La prevención se debe enfocar en los grupos de riesgo mencionados y en el control de sus patologías.

Existen medicamentos que retrasan la progresión de la insuficiencia renal. Pero para conseguir un resultado óptimo, es fundamental un diagnóstico y tratamiento tempranos.

¿Cómo se diagnostica?

Los parámetros más importantes para detectar enfermedad renal crónica y establecer la etapa en que se encuentra son la estimación de la VFG (se determina con un filtrado glomerular <60 ml/min/1.73 m) y la detección del daño renal.

¿Cuál es el tratamiento?

En el tratamiento de la insuficiencia renal se distingue dos fases:

  1. Sustitución de la función renal por diálisis
    El tratamiento de la sustitución de la función renal por la diálisis, se puede clasificar en dos tipos: peritoneal y la hemodiálisis.
  2. Trasplante Renal
    Esta modalidad de tratamiento permite la rehabilitación completa y la reinserción de la persona a la sociedad, y cuando resulta exitoso prescinde totalmente de la diálisis. Para el trasplante se requieren varios estudios clínicos, de laboratorio, radiológicos, que una vez concluidos determinan el grado de compatibilidad y la definición del futuro donante. Realizado el trasplante, el paciente recibe medicación contra el rechazo durante toda la vida. No obstante, es necesario aclarar que no todos los pacientes son “trasplantables”.

¿Se puede vivir con un riñón?

Se puede vivir con un único riñón funcionando. Cada riñón posee entre 600.000 a 1.000.000 de unidades funcionales. No todas esas unidades funcionan, y los riñones mantienen una población de reserva. Cuando se pierde la función de un riñón, el otro asume la labor de mantener la homeostasis del medio interno.

Los quistes renales son dilataciones de alguna porción de la nefrona, que es la unidad funcional del riñón.

Los quiste renales se desarrollan y crecen por:

  • Aumento de la presión dentro del riñón.
  • Aumento del gradiente de las soluciones salinas que bañan la nefrona.
  • Obstrucciones de grados variados, que ocurren en cualquier lugar de la nefrona.

Estas condiciones favorecen el paso de los líquidos para los lugares frágiles de la nefrona, y llevan a la formación de quistes.

Los quistes pueden producirse en uno o en ambos riñones y son, casi siempre, en pequeño número y de tamaño menor de 3 cm.

Cuando el riñón está repleto de quistes, de tamaños variables, se llama riñón poliquístico. Las causas de la formación de los quistes pueden ser heredadas o adquiridas.

¿Cómo se diagnostican?

La manera más eficiente para encontrar los quistes renales es la ecografía abdominal y renal, que permite ver el tamaño de los riñones y de los quistes y las complicaciones obstructivas.

¿Cuál es el tratamiento?

  1. Quistes renales adquiridos. No existe tratamiento específico; todo depende de los signos y síntomas que presente el paciente. El portador del quiste debe ser seguido anualmente para prevenir eventuales complicaciones (hematuria, cálculo, infección) y evitar que algunos quistes con crecimiento exagerado puedan provocar obstrucción y daño al parénquima renal. La mayoría de ellos acompaña a la persona durante toda la vida, sin causar problema médico.
  2. Quistes renales hereditarios. Los pacientes deben realizarse periódicamente ecografía y pruebas de laboratorio a fin de evitar complicaciones. Se trata de evitar la evolución hacia la insuficiencia renal crónica, tratando la hipertensión y las complicaciones vasculares y obstructivas. Se busca mantener el paciente sin infección urinaria y disminuir la acumulación de líquidos dentro de los quistes, con uso de expoliadores de sodio. Cuando los quistes crecen mucho, se puede realizar punciones renales de drenajes para vaciamiento.

¿Qué complicaciones pueden tener?

Las principales complicaciones de la enfermedad quística renal son la hipertensión, poliglobulia (mucha sangre), litiasis, infección urinaria, obstrucciones renales por crecimiento exagerado, fracturas del riñón e insuficiencia renal.

El edema se puede definir como la presencia de líquido en exceso en el espacio intersticial del cuerpo.

Se puede clasificar en:

  • Edema generalizado. La acumulación de líquido se distribuye por áreas extensas del cuerpo, con aumento de peso, y puede llegar a un derrame pleural,
  • Edema localizado. Se origina generalmente a partir de un trauma o inflamación local (por ejemplo, picadura de insecto), y en algunas ocasiones, de obstrucción al flujo venoso (ej. trombosis venosa profunda) o al drenaje linfático de un área.

¿Cómo se diagnostican?

En general, una buena historia clínica, exhaustivo examen físico y un conocimiento del momento epidemiológico orientan muy bien hacia la causa del síndrome edematoso, y por ende, hacia un estudio y tratamiento adecuados.

Contacto

Contactános y realizá tu consulta.

CONSULTAS